NUESTROS HIJOS Y LA RELACIÓN CON EL DINERO. “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, pero el necio todo lo disipa Proverbios 21:20”.

Como saben, a lo largo de los años he entendido que planificar ayuda mucho y si, me ha servido demasiado; trato de organizar todo sabiendo que es Papá DIOS quien tiene la última palabra.

Martin Elías Jr. ha sido un niño privilegiado en muchas áreas por la misericordia de DIOS en nuestras vidas; mientras él va creciendo su humildad es evidente, y nada qué hacer, esto definitivamente lo ha heredado; Sin embargo soy consciente de que, aunque es un niño muy disciplinado y esto lo hace “merecedor” de ganar muchas cosas de las que tiene, le basta con solo pedirlas para que ellas lleguen.

Él pide guayos, balones, tenis o a veces traer amigos a la casa los fines de semana, y esto le es permitido siempre y cuando cumpla con ser dadivoso; es decir, que si pide unos guayos, debe regalar uno de los que tiene en buen estado o, mejor aún, ¡nuevo! a alguien mas, por ejemplo.

Recuerdo un acto ejemplar que Jr. hizo una vez que, como madre, me alegró el corazón. Su papá Martín Elías le había traído unos guayos de Estados Unidos, estos eran un tesoro para mi hijo, mas sin embargo, al ver un niño con otros puestos y bastante deteriorados, tomó la decisión de regalárselos.

Te confieso que no supe qué decirle en ese momento pues me quedé sin palabras al ver la felicidad de ese otro niño y mi hermanita Tata de reacción de momento le dijo que debía valorar mas lo que se le daba que era un regalo importante que le había dado su papá y que aún estaban nuevos. Su respuesta fue aún mas ejemplar, consiente de lo bendecido que ya es le dijo que su papá le podía comprar otros pero quien sabe si este niño tendría ese privilegio.

Nosotros los adultos, por experiencias de la vida se nos ha endurecido el corazón respecto a muchas cosas, los niños aún cuentan con una pureza que debemos reforzarla.

Mi hermanita no tuvo qué decir en ese instante pero al cabo de un momento reaccionó y le dijo que no debía ser tan extremista. En parte, desde el punto de vista o desde la perspectiva de vida de cada uno, de Tata y de Jr., cada quien tenía la razón.

Yo oré pidiéndole a Dios que me diera dirección para fortalecerle a Jr. ese don de dar y no ser apegado a las cosas materiales, pero también para que aprendiera a valorar el esfuerzo de quienes tienen detalles tan importantes como en ese momento lo hizo Martín Elías con esos guayos.

Yo después me senté con mi hijo, lo felicité por tremendo acto que demostraba lo bonito que es su corazón y que eso había sido una lección de vida para mi. También le pedí que pensara en lo que podía sentir su papá al saber que los había regalado después del esfuerzo que le significó conseguirlos, pensarlos exclusivamente para él, y además del costo de los mismos.

No importa que tan privilegiado sea un niño, pienso que en cualquier circunstancia, todos deben valorar también el esfuerzo humano y monetario que implica cada cosa que se le regala.

Le expliqué a Jr, que su papá para poder comprar esos guayos, debió haber trasnochado mucho, trabajando muy fuerte para comprar algo que sabía que su hijo iba a valorar y me contestó mi hijo que yo tenía razón y que fue un impulso de corazón en ese momento. Le pedí que llamara a Martín y le contara lo que había sucedido y así pasó. Para mi sorpresa, muy diferente a molestarse, su respuesta fue: “hijo así nos enseñó tu nono Diomedes”, porque él sabía que Jr. le decía “nono” como decimos a los abuelitos aquí en Cúcuta / Colombia.

Sin embargo yo seguía con la sensación de que debía inculcarle paralelamente a Jr. el sentido de valorar TODO, de gran o poco valor económico que se le regalara. Martincito debía tener una mejor relación con el dinero.

Después de algunos años, en un curso de finanzas personales, me contaron una historia que hace mas o menos dos semanas volví a leerlo en el libro del Doctor Andrés Panasiuk que mas o menos trata de la historia Bíblica de David.

Cuando David ya era un hombre con mucha fortuna y además un hombre amado y respetado por los habitantes de su reino, quiso enseñarle una importante lección a su hijo Salomón.

David tenía tierras, cultivos, edificaciones, sitios de alojamiento y negocios que se extendían por todo el reino sin embargo el tesoro mas grande que tenía era su familia, en especial su hijo.

A medida de que salomón iba creciendo, tanto en edad como en conocimiento, una de las principales preocupaciones de David era prepararlo para que heredara y administrara sabiamente su fortuna que tanto le había costado lograr. Debía enseñarle sobre EL SER COMO EL HACER DEL ÉXITO.

David dijo a su hijo: “mi querido Salomón, ha llegado el momento en el que aprendas a valorar el dinero y amar el trabajo, hoy deberás traerme al final del día algún fruto de tu labor, saldrás a buscar algo para hacer y ganar dinero de ello, de lo contrario no habrá comida para ti en la noche”.

Salomón estaba conmocionado pues su padre jamás le había pedido tal cosa y desconcertado salió a buscar a su mamá Betsabe para contarle todo y ella con un corazón “compasivo” le dio una moneda de oro.

Al pedir David cuentas a su hijo sobre el fruto de su labor, el joven presentó la moneda de oro y en su sabiduría su padre le pidió que la echara en el pozo de agua que se encontraba en la sala de su casa; en obediencia, así lo hizo Salomón.

A la mañana siguiente David pidió a su esposa que se fuera de viaje por algunos días e inmediatamente ella se fue llamó a su hijo y le dijo: “Mi querido hijo debes aprender a valorar el dinero y amar el trabajo, hoy nuevamente deberás traerme al final del día algún fruto de tu labor. Saldrás a buscar algo qué hacer y ganar dinero, de lo contrario no habrá comida para ti esta noche”.

Esta vez sería diferente pues su madre había salido de viaje y él lo sabía entonces fue donde su hermana y le contó lo que su padre le había pedido. Con corazón “compasivo” también su hermana le dio una moneda de plata. Al llegar a casa sucedió lo mismo, su padre le pidió echarla en el pozo y así lo hizo sin titubear.

David entonces le pidió a su hija que se fuera también de viaje y habiéndolo hecho volvió a llamar a David para pedirle lo mismo de los dos días anteriores, traerle el fruto de su trabajo de lo contrario no habría comida para él.

Sin su madre y su hermana cerca, se vio en la necesidad de desplazarse a pueblos aledaños para ofrecer mercancías y habilidades con las que contaba a mercaderes que sabía que conocían a su padre, y uno de ellos, entendiendo la importancia de la lección que David quería darle a su hijo, le ofreció dos monedas de cobre por ayudar a su mayordomo a descargar una carreta llena de finas telas llegadas del oriente.

Salomón aceptó y todo el día estuvo cargando pesados bultos desde la carreta hasta el lugar de almacenamiento. Terminando el día, cansado y adolorido, recibió placenteramente el pago de su labro.

En la noche, al rendirle cuentas a su padre con mucha felicidad y orgulloso de lo que había hecho le mostró sus monedas de bronce y este le pidió nuevamente echarlas al pozo, sin embargo esta vez exclamó a su padre que cómo iba a hacerlo después de lo que le costó conseguirlas; David entonces miró con alegría a su hijo y le dijo: “sólo duele perder aquello que ha costado ganar, las dos pagas anteriores no te costaron y no te importó echarlas al pozo, pero esta vez, ya que conoces el valor del dinero no quisiste hacerlo. Ya estás listo para administrarlo”.

Salomón tuvo una gran lección y prometió no ser mas un holgazán ni un perezoso, sino mas bien un trabajador para cuidar la fortuna que heredaría y que tanto le había costado conseguir su padre.

Una historia edificante, ¿cierto?

De esta manera se me ocurrió hacer un plan de ahorro con Jr. basado en quehaceres en nuestra casa y pagándole por ello enseñándole también a administrar todo aquello que iba a ganar.

Martín Jr. debería lavar la losa, preparar y limpiar el comedor antes de la cena, limpiar su cuarto, ayudarme a empacar envíos, sacar la basura, y tareas de éste tipo.

Sé que muchas otras mujeres y madres creen que no se les debe dar dinero por esto ya que son deberes del hogar y no un trabajo, pero para mi es un incentivo para que mi hijo aprenda a valorar el trabajo y verlo como una bendición.

Si ya tus hijos son mayores de edad, incítalos a buscar un empleo que no intervenga es sus compromisos escolares o universitarios. Otra idea es que los fines de semana, te ayuden con oficios del hogar o de tu trabajo. O puede ser momento para que emprendas junto con ellos una idea de negocio, se me ocurre en este momento una microempresa de galletas o cualquier otro producto o articulo fabricado por ellos mismos.

Apóyalos y enséñeles a administrar el dinero sacando cuentas de inversión, reinversión y ganancias, muéstrales con tu actitud frente a todo lo que se les presente que el trabajo siempre es una bendición y que se debe hacer con esmero, pues todo lo que aquí hagan, prospera de parte del cielo. Mientras que aquí hacemos lo natural, Dios se encarga de lo sobrenatural.

A continuación puedes descargar el formato del plan de ahorro que ingenié para Jr. y lo puedes adecuar a las circunstancias de tu hogar y a disposición de tu hijo. Si tienes mas de un hijo, procura hacer un plan individual para cada uno de ellos. En el próximo Blog te explico detalladamente como desarrollar esta herramienta.

Si tus hijos son menores de 5 años puedes cambiar el dinero por salidas a parques, dulces, o aquello que sabes que puede ser de incentivo para él según su personalidad.

Para este tema me asocié con @lecocostudio quienes pueden personalizas esta herramienta para tus hijos, escríbeles y ellas pueden diseñarlo a tu gusto. Atrévete a emprender esta aventura con tus hijos y compárteme tu proceso con ellos, etiquétame en Instagram y sirve de inspiración para otras mujeres interesadas en inculcar valores financieros a sus peques.

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6 pensamientos en “NUESTROS HIJOS Y LA RELACIÓN CON EL DINERO. “Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, pero el necio todo lo disipa Proverbios 21:20”.

  1. que espectacular esa enseñanza… voy a ponerla en practica con mi hija… a mi nunca cuando niña me enseñaron a ahorrar, ahora mayor es que estoy intentando aprender y tu con tu consejos me estas siendo de gran ayuda, gracias por todo Caya… Dios te siga bendiciendo

  2. Me parece estupenda la idea, tenia la misma postura, partiendo desde el punto de vista que no se debe dar dinero a los niños y mucho menos que sientan que les debemos pagar por sus quehaceres, mis hijos hacen tareas básicas del hogar, pero obviamente todo el tiempo estoy como peleando por esto o aquello… En fin, creo que es una forma de no desgastarme y que como dices ellos aprendan a valorar todo. Muchas gracias. Felicitaciones y muchas bendiciones para ti, junior y tu familia.

  3. Hola me parece genial, y pues los niños menores de 5 años tambien es bueno q entiendan cuanto nos cuestan las cosas, les comentare algo q me pasò.
    Mi hijo tiene 4 años y le encantan los legos, todos saben q son un poco costosos, y yo me colocaba muy triste cuando perdia las piezas, hasta q le enseñe a trabajar y a ahorrar para q el mismo se los compre, no tengo planilla pero si un marranito donde por el trabajo le iba el mismo metiendo su pago, asi cada mes saca y de acuerdo a lo q ahorro se compra el lego q quiere. y creanme tiene 4 meses asi y estan todos completos ademas se esfuerza por hacer mas cosas para obtener pagos jajajajaja.

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