Un 14 de abril en Valledupar…

Los días 14 se han convertido en fechas especiales para mi familia; un 14 cumple Jr. y también un 14 cumple su papá en el cielo.

Este es nuestro primer 14 de abril en Valledupar después de su muerte, viviendo en esta ciudad… jamás lo imaginé.

Ya han pasado 6 años y cada uno de ellos ha traído sus propios desafíos en esta fecha; Jr. entre más crece, más lo extraña.

En este momento que atraviesa la adolescencia es cuando más está formando su carácter y encontrando su identidad, es también la etapa de la vida cuando más está extrañando a su papá.

Cuando lo encuentran en la calle, sobre todo aquí en Valledupar, le dicen cuanto parecido físico tiene con Martín pero también que se ve que ha heredado su nobleza y humildad, su sonrisa. A mi hijo se le dibuja esa misma sonrisa que tanto le dicen que se parece a la de su papá como orgulloso de ello. Le gusta, lo disfruta, que le hablen de su papá hace que lo sienta muy cerca de él.

Yo lo observo y me pregunto ¿qué pensaría Martín al ver a su hijo transformándose en un hombre?

Estaría Jr. cantando ya? O quizá ¿nos habríamos ido del país?

Me llegan muchísimos recuerdos, uno de ellos es que Martín me decía que quería que su hijo viviera con el, quería que Jr. creciera con el aquí en Valledupar para que conociera las raíces de su papá, conociera la gente que lo quería, el legado que inició desde su abuelo Diomedes…

Yo le respondía que cuando Jr. estuviera más grande y fuera más independiente podría venir a vivir aquí con el, pero dentro de mi decía: “Yo a Valledupar no vuelvo, no por lo menos a vivir” y hoy me lleno de sentimiento de saber que ese deseo de Martín se le ha vuelto una realidad. Su hijo ahora está en la ciudad que lo vio nacer y me da tanta nostalgia verlo tan parecido en todos los aspectos a su papá.

Jr. de su papá tiene la sonrisa, como muchos le dicen, sus gestos… Me impresiona como se le arruga la frente igual que a Martín, tienen los mismos lunares… tengo el mejor recuerdo en cada centímetro que veo en mi hijo, en cada palabra, en su personalidad.

Me causa curiosidad cuando me dicen que supere a Martín porque él se volvió a casar…

Hoy 6 años después, personas que quizá solo lo aprendieron a querer como artista aún lo lloran, aún le hacen caravanas, hoy en día se sigue escuchando sus canciones y lo siguen recordando con amor porque de alguna manera Martín impactó la vida de todos ellos. Cómo no lo voy a recordar yo que sostuve una relación por 6 bonitos años con él y que fruto de ese amor hoy tengo un hijo tan parecido en todo sentido a su papá.

Puedo volverme a casar y tener más hijos, si eso está en los planes de Dios para mi vida, pero la vida de Martín por poco que haya durado no desaparecerá ni dejará de ser el papá en el cielo que tiene mi hijo por el hecho de que conforme un nuevo hogar.

Poco hablo de él por respeto a su memoria aunque sean cosas buenas y bonitas lo que tenga por decir, pero a Martín lo recuerdo a diario porque tengo el vivo reflejo de su personalidad y de su imagen en Jr. nuestro hijo; Veo en mi hijo la misma estatura de su papá, por sus venas corre la misma sangre Díaz cosa que no será borrada.

Para mi hijo tampoco es un recuerdo que en algún momento de su vida va a olvidar. Su papá está en sus pensamientos diarios, en su corazón y ahora también está en cada persona que le cuenta todo lo que vivieron con su papá.

En una entrevista a Jr. le preguntaron si viviendo aquí en Valledupar, cuando sale del colegio a visitar el cuerpo de Martín al cementerio. Con la madurez que le caracteriza Martín respondió que seguramente seguirá visitando la tumba de su papá pero que esto no es lo que llena el vacío tan enorme que es no volverlo a ver ni volverlo a abrazar. La muerte de su papá dejó un vacío tan grande que no puede ser tapado con una visita al cementerio, ni la música de Martín, ni las clases y tareas que le dejan en su colegio, ni las niñas que lo admiran o que el admira, no lo llenan sus amigos, tampoco la familia que lo sigue cobijando. Lo único que llena el vacío del amor y calor de su padre, es su Papá celestial, entrar en oración y crear una amistad cotidiana con Jesús.

Martín soñó con ver a su hijo como hoy es, aunque hablando cachacho jajajajaja. Martín Elías Díaz Varón es el joven hijo de su papá que donde llega no solo da el paso sino que deja la huella y me siento orgullosa de esto.

Hoy doy gracias a Dios por traernos aquí, hoy entiendo un poco más Su propósito con nosotros y su plan de devolvernos al Valle: Jr. va a conocer más de donde viene.

En oración le diré yo a Dios que le diga a Martín que le cumplí… Traje a vivir a su hijo a Valledupar como el lo deseaba y va a crecer con todo el calor del amor de su gente.

Que bendición que puedas leerme hoy, nuestro primer 14 de abril en Valledupar. Te pido que nos regales una oración al cielo dando gracias por la vida de Martín, porque su propósito se llevó a cabalidad y recuerdalo con amor escuchando una de sus canciones.

Coméntame cuál es la canción que más te gusta de Martín Elías, te leo yo también…

Les vuelvo a escribir pronto.

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