Muchas mujeres tenemos un mal concepto de nosotras mismas y lo asumimos como una realidad cuando la única verdad es que Dios nos ama como somos y fuimos escogidas como princesas; Pero para sentirnos como tal, primero debemos creerlo.
A diario me llegan mensajes de mujeres que han cargado por años con esta mala imagen de ellas mismas, oprimidas y limitando su potencial bloqueadas por un concepto que está muy lejos de la realidad.
Hemos sido enseñadas a tener un modelo de belleza ese que vemos en las redes sociales, en los comerciales, en los desfiles de belleza del cual partimos para comparar nuestros características naturales quitándonos la identidad y el propósito que nos dio el Creador. “y dijo: <Hagamos al ser humanos a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre los reptiles que se arrastran por el suelo>. Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer creó,” Génesis 1: 26-27.
Hechas a Su imagen y semejanza, ¿no es esto hermoso?
Compárate entonces con tu Padre y no con modelo de personas estipuladas por seres humanos, y podrás ver realmente quién eres y cuál es tu verdadera identidad que no sólo trata de tu físico.
Conociendo y reconociendo tu valor en Dios, ese concepto negativo ha de desvanecerse. Independientemente de la condición de tu cuerpo, ERES HERMOSA.
En este punto puede que no estés del todo conforme con tu apariencia, pero nunca debes asociarla o ligarla con tu belleza.
Yo pasé por ese momento, yo puedo entenderte perfectamente porque alguna vez, cuando hasta mi forma de alimentarme era desordenada, se reflejaba en mi apariencia y mi sobrepeso era exorbitante y me llegué a sentir fea, indeseada. La culpa y la autocompasión me acompañaban a diario, me flagelaba verbalmente, yo era mi peor enemiga, hasta que entregué todo a Dios, incluso en este aspecto el trajo orden a mi vida; Aprender a amarme, a verme con Sus ojos, a aceptarme y ver lo positivo en todo lo que tengo.
Oro por que puedas amarte también, y verte de la misma manera. Empieza por reconocer la causa de tu disgusto por ti misma y haz un plan de acción.
¿Qué podemos hacer para empezar a sentirnos y vernos mejor?
- Acepta que por tu mal concepto, te descuidaste a ti misma.
- Planifica un nuevo hábito alimenticio.
- Realiza alguna actividad física.
- Cambia tu forma de vestir donde moderadamente te sientas mejor.
- Toma un curso de expresión corporal y/o verbal.
Vamos a analizarnos desde el principio… ponte frente a un espejo y contéstate: ¿Qué ves ahí reflejado? ¿A quién ves frente a ese espejo?
El miedo, la frustración, la culpa, autorechazo o la comparación no son los ojos que debes usar hoy, mírate con perdón, libertad, amor propio, optimismo, mírate como tu Padre te ve, no como la sociedad dicta que te debes ver.
Todo el mes vamos a aprender a hacer ajustes en nuestra conducta, gestos, palabras, conversaciones, vestuario, organización, actividad física y terminaremos con bases diferentes adoptando una imagen empoderada, coherente con nuestra fe y reflejando una actitud positiva frente a los demás.
No olvides: como te ven, te tratan.
Como es habitual, quiero regalarte esta semana también dos herramientas, una en la que te vas a reconocer y la otra que vas a usar para recordarte lo valiosa que eres. Puedes descargarlas a continuación.
NOTA: Mis princesas este mes estaremos hablando de cómo mejorar nuestro interior para reflejarlo en nuestro exterior. En mi cuenta en Instagram @cayavarons vas a encontrar varias formas de combinar prendas casuales, deportivas e incluso para reuniones especiales. Estaré etiquetando las tiendas dónde puedes adquirirlas en todo el país. Te pido que compartas todo lo que voy a publicar esta semana @vanyablog y lo que vas aprendiendo en @cayavarons, para mi eres importante y te necesito para aumentar esta red de mujeres reales con testimonios para una nueva generación con propósito de servir a la sociedad.
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